Resumen
Frente a las amenazas del presidente Trump de deportar masivamente a los mexicanos, el artículo se plantea explorar respuestas a preguntas como ¿quiénes sería los primeros en ser deportados? ¿Qué tan vulnerables a la deportación son los “dreamers” frente a otros grupos de mexicanos? Con base en algunos elementos de la teoría de la acumulación del capital y de la teoría de la fila, se analiza la vulnerabilidad a la deportación de los grupos más representativos de los mexicanos en los Estados Unidos para concluir que hay grupos más susceptibles a la deportación que los “dreamers”. Abstract Facing the threats of President Trump to a mass deportations of Mexicans, this article explores answers to questions such as Who will be the first to be deported?, How vulnerable to deportation are the “dreamers” in relation to other groups of Mexicans? Assuming some elements from the theory of capital accumulation and from the queuing theory it is analyzed the vulnerability to deportation of various groups of Mexicans living in United States, to conclude there are other groups more vulnerable than the “dreamers”. Introducción Frente al discurso racista que desde su período de campaña el presidente Donald Trump ha mantenido contra los mexicanos, un grupo de migrantes denominado “dreamers” se ha venido manifestando, haciendo visible su nivel de educación superior. Por su parte, previendo una deportación masiva de connacionales, con fecha 15 de febrero de 2017, el presidente Peña Nieto envió al senado una Iniciativa Preferente para modificar la Ley General de Educación, así como una acuerdo para que las instituciones educativas públicas y privadas agilizaran los trámites de revalidación de estudios para incorporar con mayor facilidad a estudiantes deportados. Como parte de las acciones de implementación de esta iniciativa, el día 5 de marzo del mismo año, en las instalaciones de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES), en la Ciudad de México, el Secretario de Educación Pública inauguró el Programa Universitario Emergente Nacional para la Terminación de Estudios Superiores (PUENTES), confeccionado por esta asociación y así colaborar con la iniciativa presidencial. El secretario comentó que se desconocía la cantidad de dreamers que pudieran llegar al país, “lo que se sabe es que el año pasado fueron repatriados 20 mil jóvenes con universidad trunca (…) las universidades mexicanas tienen la capacidad para recibirlos” (Regeneración, 2017) . Una estimación sobre la posible dimensión de los migrantes que podrían ser deportados suscitó interrogantes que motivaron algunos estudios. En Navarro Leal (2017) y en Navarro & Roux (2017) realizamos una exploración sobre la conformación social de los casi 37 millones de mexicanos con residencia en los Estados Unidos, incluyendo a los seis millones con residencia no autorizada y los poco menos de dos millones de “dreamers”. Aunado a esto, con base en la teoría de la acumulación del capital, se ofreció una explicación que vincula los procesos de migración y deportación a los niveles de desempleo. La migración indocumentada es tolerada en aquellas ocupaciones y en aquellos lugares no reclamados por los estadounidenses. La tensión se incrementa cuando el desempleo “aprieta” y estos reclaman los puestos de trabajo que supuestamente les pertenece, aún cuando estos sean social y salarialmente subvaluados. Así sucedió cuando a un desempleo del 10 % se sumó el regreso de 150 mil efectivos de la guerra de Irak, provocando la más grande deportación masiva en la historia de los Estados Unidos, en un contexto de cruentas luchas raciales en las calles de las principales ciudades de ese país, cuando el presidente Obama preparaba su campaña para la reelección. En el escenario de una deportación masiva ¿Quiénes serían los primeros en ser deportados? ¿Qué tan vulnerables serían los “dreamers” en ese escenario? Frente a estas interrogantes, el propósito del presente ensayo es avanzar la exploración hacia la búsqueda de elementos que permitan identificar niveles de vulnerabilidad a la deportación de los grupos migrantes; para lo cual incorporamos algunos elementos teóricos que complementan el marco explicativo utilizado previamente, para con ello tratar de establecer un orden de prioridades de deportación. 1.- Elementos teóricos Frente a los distintos enfoques teóricos, optamos por una perspectiva estructuralista que permite estudiar el fenómeno social sin limitarse a las decisiones individuales y racionales. Desde una perspectiva marxista, el fenómeno de las migraciones internacionales permite ser analizado de una forma estructural y los principales puntos a considerar fueron los siguientes:
Sin embargo este esquema teórico, por su nivel de generalidad, parece referirse a un tipo de trabajador no calificado, de perfil homogéneo, por lo que para nuestro propósito diferenciador, se requiere introducir el factor educación, mediante el cual los empleadores de migrantes no solamente ponen presión hacia abajo en los salarios, sino también presión hacia arriba en sus cualificaciones. Más que los niveles de escolaridad, uno de los principales criterios que usan los empleadores para seleccionar al trabajador es “su aptitud para ser capacitado: aquellos que poseen características previas que, según lo empleadores, reducirán los costos de su capacitación, se colocan a la cabeza de la fila y reciben el mejor empleo” (Carnoy, 1982, pág. 46). En la explicación del criterio de “entrenabilidad” para la selección de personal, la educación tiene un valor, porque quien atraviesa con éxito los filtros de la escolaridad, tiene mayor probabilidad de éxito en el trabajo (Carnoy, 1995, pág. 126). En resumen, la Teoría de la Fila explicará que los individuos que integran el ejército laboral de reserva tendrán formados al frente a aquellos individuos con los atributos mayormente deseados por los empleadores (en términos de entrenabilidad, edad, sexo, raza) y hacia el final de la fila a aquellos que se van alejando de dichos atributos. Entonces, para el análisis que aquí nos ocupa, los migrantes que serían más vulnerables a la deportación serían aquellos que están colocados hacia el final de la fila. 2.- Grupos de mexicanos en los Estados Unidos Como se describe a continuación, es posible visualizar distintos grupos de mexicanos en aquel país, dependiendo de los propósitos para los que se clasifiquen. En el presente ensayo no interesa utilizar categorías exhaustivas para diferenciar una gran diversidad de grupos, más bien se busca mencionar los grupos más visibles para efectos de situarlos, como ejemplo, en la fila de la deportación. 2.1. Los científicos El escaso apoyo a la investigación científica, los bajos niveles salariales, la situación de inseguridad de algunas áreas, los trámites burocráticos, tanto como los altos niveles de subempleo de personas con alta escolaridad, han provocado que, en México, un buen número de personas con doctorado emigren hacia los Estados Unidos, donde tanto la academia como la industria reconocen su talento sin importar la nacionalidad. Algunas estimaciones hablan de 11 mil, mientras que otros estiman que se trata de un 27 % de quienes en México poseen ese nivel de estudios (Johnson T. , 2015). Por la cantidad de visas especiales otorgadas, los números son diferentes. A partir de la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), el principal instrumento migratorio que permite la movilidad temporal de talentos mexicanos demandados por los Estados Unidos es la Visa TN, que para el 2015 había sido otorgada a casi 13 mil mexicanos. Para las empresas, centros de investigación e instituciones que reclutan mexicanos con alta calificación, este tipo de visa presenta una mayor facilidad para su gestión, respecto a la anteriormente utilizada que era la H-1B, que en ese mismo año había sido extendida solamente a menos de tres mil mexicanos, de acuerdo a datos recabados por Sylvie Didou y citada por Trejo (2017). Desde los inicios de su administración, Trump cuestionó los criterios para el otorgamiento de este tipo de visa bajo el argumento de que les quita empleos a los norteamericanos, por lo que el 18 de abril del 2017, emitió una orden ejecutiva para endurecer los requisitos para autorizar este tipo de visa a extranjeros. 2.2. Los dreamers La cantidad de inmigrantes deportados por el gobierno de Obama entre 2009 y 2016, fue de 2.5 millones, según datos del Departamento de Seguridad Nacional (Lissardy, 2016). Paradójicamente también hubo dos iniciativas importantes: la Ley de Fomento para el Progreso, Alivio y Educación para Menores Extranjeros, conocida por su título en inglés como: Development, Relief, and Education for Alien Minors (DREAM) y el programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia, conocida por las siglas de su nombre en inglés, Deferred Action for Childhood Arrivals (DACA). La primera fue una iniciativa de ley enviada al Senado por la Casa Blanca que no fue aprobada en el 2010. Esta permitiría que cada año unos 65 mil estudiantes indocumentados ajustaran su estatus migratorio como residentes legales (Green Card) condicionado a 6 años. Para recibir el beneficio de esta ley, en caso de ser aprobada, se enlistó una cantidad de 937 mil migrantes, con una edad entre 15 y 30 años, y que además contaban con estudios mínimos de high school (Center, I.P., 2012). Después del fracaso de la ley DREAM, en el 2012 el presidente Obama firmó una Orden Ejecutiva para implementar el programa DACA y así permitir que aquellos que ingresaron al país sin autorización cuando eran niños, pudieran obtener el beneficio de no ser deportados, además de un permiso para trabajar, con una vigencia prorrogable cada dos años. Los requisitos a cubrir: haber nacido después del 1980 y haber llegado antes de 1998; tener cinco años de residencia en ese país; cursar o haber cursado nivel medio con Certificado General de Desarrollo Educativo, o ser veterano con licencia honorable; no haber cometido delito grave, ni menor significativo. Para el 2016 ya se habían recibido 1 millón 184 mil 274 solicitudes de mexicanos, de las cuales se aprobó 1 millón 44 mil 967, principalmente de los estados de California, Texas, Illinois, Nueva York y Florida (Torres Ramirez, Rodríguez Padrón, & Ramirez Raymundo, 2017, pág. 8). La implementación del DACA trajo una cierta tranquilidad, al reducir el estrés por el miedo a la deportación, al tiempo que pudieron gozar de mejores oportunidades en aspectos como educación, empleo o acceso al sistema bancario, lo cual les abrió una oportunidad relativa para acceder a la educación superior. Una buena parte de los enlistados para recibir en su momento el beneficio de la ley DREAM, solicitaron también el beneficio del DACA, por eso a este grupo se le reconoce en los medios como los dreamers. 2.3. Los estudiantes clandestinos Si bien, de acuerdo a los párrafos que anteceden, en el 2016 quedaron casi 140 mil solicitudes no autorizadas por el programa DACA, pero si consideramos que algunos de los enlistados en DREAM no se acercaron al DACA, podríamos suponer que habrá al menos unos 200 mil mexicanos con una escolaridad mínima de high school, el nivel educativo al que podrían aspirar con una documentación y un financiamiento inadecuado, aunque muchos lograron trascender hasta college. Con una estancia no autorizada en el país, su actividad escolar tendrá un carácter clandestino, lo grave es que al haber llenado solicitudes de ingreso a los programas mencionados los hace vulnerables a la deportación, ahora sus datos personales están a disposición de las autoridades. Sin embargo, la amenaza de Trump de eliminar el programa DACA, mediante una Orden Ejecutiva, ha traído consigo la movilización de estudiantes y de profesores universitarios de todo el país para demandar que diversas universidades y colegios se declaren “campus santuario” lo cual permitirá proteger y apoyar no solamente a los estudiantes documentados en DACA, sino también a los estudiantes clandestinos. Organismos como Hispanic Association of Colleges and Universities (HACU) han comenzado a manifestarse. 2.4. Los trabajadores no calificados El fenómeno migratorio es siempre difícil de cuantificar, sobre todo cuando se trata de poblaciones nómadas, como en el caso de los migrantes agrícolas, que se mantienen en movimiento de acuerdo al calendario de producción agrícola. Su cuantificación es aún más difícil pues tratan de permanecer ocultos, dada estancia ilegal; a esto hay que añadir una característica más, que también dificulta su cuantificación, la circularidad (Santibáñez, 2000). Esto significa una alta recurrencia en los cruces fronterizos, por lo que en las cifras estadunidenses referidas a las deportaciones se habla de “eventos” de deportación y no de personas “deportadas”, porque una misma persona puede ser deportada en varias ocasiones. Se ignora cuántos de los dos millones de deportados en la era Obama volvieron a ingresar a los Estados Unidos. Según Monjarás (2017), los migrantes mexicanos indocumentados son aproximadamente 5.5 millones, pero otros estudios señalan que son alrededor de 6 millones y se distribuyen principalmente en Los Ángeles, Houston, Chicago, Dallas, Phoenix y San Diego (Torres Ramirez, Rodríguez Padrón, & Ramirez Raymundo, 2017, pág. 5), ciudades consideradas como “ciudades santuario” junto con otras, caracterizadas por su defensa de los inmigrantes, para no permitir que las autoridades locales interroguen a la gente sobre su situación migratoria, a menos de que se trate de la persecución de delincuentes, situación amenazada por la entrada en vigor de la Ley SB-4 lanzada en Texas, poniendo en riesgo a una gran cantidad de migrantes indocumentados y a sus familias. Después de todo, Estados Unidos no se ha adherido a la Convención Internacional para la Protección de los Trabajadores Migrantes y de sus Familias, que los protege del abuso y del trato inhumano en los países en los que trabajan (The advocates for human rights, 2017). Dentro del grupo anterior habrá quienes encuentren una mayor tolerancia por realizar labores que generalmente no realizan los estadounidenses, de acuerdo a Jorge Durand, citado por Monjarás (2017, págs. 49-50) al menos 1.5 millones de ellos se dedican a labores agrícolas, a la cosecha de tabaco, a la ordeña de vacas, a la industria avícola y en su ausencia son sectores cuya producción vendría a la baja. Pero por otra parte hay un millón de ellos que estarían más expuestos a la deportación, ya que trabajan en empleos en los que se ocupan también los norteamericanos, como en la industria de la construcción, carpinteros, plomeros, electricistas, al igual que jardineros, mucamas, meseros, cocineros, nanas y empleados de limpieza. 2.5. Los niños migrantes. Es común que los migrantes viajen con su familia. Un estudio del año 2000 sugería que en ese entonces había 650 mil niños migrantes viajando con sus familias mayoritariamente a California o Texas. En ese mismo año asistían a escuelas de nivel básico de California 307 mil niños indocumentados y a las de Texas casi 94 mil. Se estimaba que en los diez estados en los que se realizó el estudio, había 4 millones 872 mil alumnos con ese estatus (Green, 2003). Solamente en los primeros nueve meses del mandato presidencial de Barack Obama, el Instituto Nacional de Migración de México, reportó una repatriación desde los Estados Unidos de 21 mil 220 migrantes menores de 17 años. De ese total, 13 mil 110 menores regresaron sin compañía y el resto con algún familiar (Merlos & Arvizu, 2010), pero se calcula que en los 10 años previos a Trump, la cifra de repatriados indocumentados aumentó a 230 mil, de los cuales 60 mil fueron menores de edad (Amado, 2016). En este contexto, la separación de las familias, incluyendo la deportación de menores sin compañía de adultos, se interpreta como parte de una campaña de miedo para incrementar el sentimiento de fragilidad e indefensión de su posición en desventaja al vender su fuerza de trabajo. Es de esperar que esa inescrupulosa deportación de niños sea continuada, en tanto que Estados Unidos es uno de los dos países que nunca ratificaron la Convención de los Derechos de los Niños, el cual es un acuerdo internacional que protege a los niños del abuso físico y mental. Es una de las convenciones más ampliamente adoptadas y ratificadas por 193 países (The advocates for human rights, 2017). 2.6. Los bad hombres En repetidas ocasiones el presidente Trump se ha referido a los “bad hombres” para detener y deportar a aquellos que han cometido algún tipo de delito. Si bien en algunas alocuciones se ha referido específicamente contra quienes están vinculados al narcotráfico o a la delincuencia organizada, en muchos casos se ha quedado a la libre interpretación de las autoridades, de tal forma que hasta una falta menor ha servido de pretexto para la persecución, detención y deportación de mexicanos, aún y cuando su situación migratoria sea legal. De acuerdo a estadísticas, la existencia de tres millones de mexicanos criminales, como lo ha mencionado Trump, es parte de la campaña de desprestigio emprendida en contra de los mexicanos. Solo 400 mil mexicanos se han visto involucrados en algún tipo de delitos, pero hay que recordar que en algunos estados se tipifica como delito el manejar sin licencia, o pescar sin una licencia actualizada, documentos a los que un indocumentado, por su misma condición, no puede acceder. 3.- Reflexiones finales El propósito del presente artículo fue el de explorar la vulnerabilidad a la deportación de distintos grupos de mexicanos en los Estados Unidos. Se utilizó la teoría de la acumulación de capital complementada con la teoría de la fila. Se explica que los migrantes son un excedente de trabajadores que permite a los empleadores poner presión hacia abajo en los salarios. La contratación de inmigrantes mexicanos indocumentados es fuente de tensión para con los trabajadores norteamericanos en los lugares y las ocupaciones en las que estos se contratan, pero dicha contratación es tolerada cuando se trata de empleos que los norteamericanos no ocupan, como es el caso de los trabajadores agrícolas. La teoría de la fila complementa lo anterior, indicando que los niveles de educación de los trabajadores, como factor de entrenabilidad, permite poner presión hacia arriba en sus calificaciones. De tal manera que en los primeros lugares de la elegibilidad para la contratación estarían aquellos que con una mayor escolaridad no ocupan puestos de trabajo que pudieran corresponder a los trabajadores norteamericanos. En ese sentido, con este esquema teórico ubicamos a los distintos grupos de mexicanos en una fila de vulnerabilidad a la deportación, en la cual los más susceptibles a la deportación son los que se encuentran al final, como son los que Trump ha tachado de bad hombres (que por cierto no alcanzan a sumar tres millones como él lo supone), seguidos por los niños migrantes, así como aquellos trabajadores no calificados y que trabajan en empleos que son tomados por los norteamericanos. El grupo de Los Científicos es de muy baja vulnerabilidad dado que, además de ser un grupo relativamente pequeño, existen instrumentos continuamente utilizados para autorizar la estancia y la actividad laboral como es el caso de la visa TN surgida de TLCAN. En el caso de que este acuerdo fuera cancelado por los Estados Unidos, aún quedaría la VISA H-1B, tradicionalmente utilizado por empleadores para contratar talentos. El grupo de los dreamers tiene una vulnerabilidad a la deportación menor a la de otros grupos, ya que el programa DACA es un instrumento que ha permitido autorizar una estancia legal prorrogable cada dos años. (Johnson T. , 2017). El programa ha beneficiado a poco menos de 800 mil mexicanos y la cifra tiende a crecer. La vulnerabilidad de este programa reside precisamente en que surgió por una orden ejecutiva de Obama, y que de la misma forma Trump puede terminar con este, consideramos difícil que eso suceda, dada la riqueza que los beneficiados del programa, mediante sus empleos, han generado un estimado nada despreciable de $1.6 mil millones de dólares con el pago de sus impuestos estatales y federales, los cuales durante la década se convertirán en 460 mil millones de dólares (Johnson T. , 2017). Durante la primera semana de septiembre, el presidente Trump tomó la decisión de terminar, a partir del 5 de marzo del 2018, con la aceptación de solicitudes para el programa DACA, para que sea el Congreso quien determine sobre la continuación del mismo; hecho que puede ser interpretado como “lavarse las manos”, por lo que esta decisión quedaría diferida hasta el 5 de marzo del 2020, fecha en que terminarían los dos años de acción diferida de los últimos en ser aceptados por el programa; esta decisión fue acompañada de un comunicado para el Departamento de Seguridad, para que la deportación de este grupo no fuera considerada como prioridad, a menos de que caigan en situación de delito. En cambio, quienes si están más vulnerables son los aquí llamados “estudiantes clandestinos”, quienes estudian a pesar de no contar con una estancia autorizada en el país. No obstante, aunque no hayan podido obtener una autorización en DACA, han podido contar hasta la fecha con aquellas universidades que se han declarado “santuario” y desaprueban la Ley SB-4. Pero por otra parte, de los grupos con mayor vulnerabilidad a la deportación, es el de los trabajadores no calificados que laboran en puestos que son ocupados por estadounidenses y que se encuentren en zonas de alto desempleo, ahí las tensiones podrían elevarse a un nivel conflicto y que se opte por la deportación, para eliminar la competencia. Para finalizar, se considera que el grupo con una mayor vulnerabilidad a la deportación seguirá siendo el de los niños de los indocumentados, ya que de continuar con una campaña de miedo y de intimidación se convierten en un blanco fácil para presionar a sus familias, sin el compromiso de la convención internacional de los derechos de los niños, al igual que se hizo durante la administración del presidente Obama. México debe prepararse no solo para recibir a los “dreamers”, sino también para recibir a los trabajadores no calificados y especialmente a los niños de los migrantes. Trabajos citadosAmado, A. (13 de diciembre de 2016). Primera plana. Noticias. Obtenido de Hay 60 mil menores repatriados en los últimos 10 años: semigrante: http://primeraplananoticias.mx/portal/hay-60-mil-menores-repatriados-en-los-ultimos-10-anos-semigrante/ Carnoy, M. (1982). Economía y Educación. (C. N. Educación, Ed.) Educación. , III(40), xx-xx. Carnoy, M. (1995). Education and productivity. En M. (. Carnoy, International Enciclopedia of Economics of Education (págs. 125-130). Stanford: Pergamon Elsevier. Center, I.P. (2012). Who and where the DREAMers are, revised estimates. Washington, DC: Author. Washington, DC: Autor. Green, P. (Spring de 2003). The undocumented. Educating the children of migrant workers in America. Bilingual Research Journal, 27(1), 51-71. Johnson, T. (17 de agosto de 2015). 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AuthorDr. Marco Aurelio Navarro Leal ArchivesCategoriesGramophone image attribution: By Norman Bruderhofer (Collection of John Lampert-Hopkins) [CC BY-SA 2.5 (https://creativecommons.org/licenses/by-sa/2.5)], via Wikimedia Commons |